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La luz infrarroja fue recibida en California, Estados Unidos.
En los últimos días pasó algo histórico: la NASA recibió un rayo láser emitido a 16 millones de kilómetros de distancia del planeta.
La proeza fue posible a través de la sonda Psyche, que va de camino a encontrarse con un asteroide homónimo que está entre Marte y Júpiter.
Nunca se había logrado conseguir una comunicación certera a través de un láser más allá de la órbita terrestre.
Para que usted se de una idea de la distancia en que fue emitido el rayo, la distancia de la Tierra a la Estación Espacial Internacional es de 408 km y de la Tierra a la Luna de 384.400 km.
Qué dijo la NASA
El experimento de Comunicaciones Ópticas del Espacio Profundo (DSOC) podría transformar el modo en que se comunican las naves con la Tierra.
El láser de infrarrojo codificado sirvió para que la NASA supiera la ubicación exacta de la sonda. “Cayó” en una baliza del Telescopio Hale ubicado un observatorio de California, Estados Unidos.
La directora de Demostraciones Tecnológicas de la NASA, Trudy Kortes, dijo en un comunicado: “Lograr la primera luz es uno de los muchos hitos críticos del DSOC en los próximos meses, allanando el camino hacia comunicaciones de mayor velocidad de datos capaces de enviar información científica, imágenes de alta definición y transmisión de video en apoyo del próximo gran salto de la humanidad: enviar humanos a Marte”.
Remember the tech demo that launched with #MissionToPsyche? Well, it just called home.
It's the first time data has been transmitted – via laser – beyond the Moon, and it could transform how spacecraft communicate.
More on DSOC: https://t.co/LydN2YaQIn pic.twitter.com/NUaSzB53kv
— NASA JPL (@NASAJPL) November 17, 2023
Buen trabajo, James Webb
El miércoles se conoció que la última imagen del telescopio espacial James Webb de la NASA reveló espectros indicativos de una atmósfera que contiene gas metano y vapor de agua en el exoplaneta WASP-80 b.
Hasta la fecha se había detectado vapor de agua en más de una docena de planetas pero el metano (una molécula que se encuentra en abundancia en las atmósferas de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno dentro del sistema solar) no había sido detectado en los exoplanetas estudiados con espectroscopia espacial.
“Con una detección tan segura, no sólo encontramos una molécula muy esquiva, sino que ahora podemos comenzar a explorar lo que esta composición química nos dice sobre el nacimiento, el crecimiento y la evolución del planeta”, apuntaron Taylor Bell, del Instituto de Investigación Ambiental del Área de la Bahía (BAERI), que trabaja en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, y Luis Welbanks, de la Universidad Estatal de Arizona.
Midiendo la cantidad de metano y agua en el planeta, explican los científicos, se puede “inferir la proporción entre átomos de carbono y átomos de oxígeno”.