El niño es oriundo de la ciudad de Neuquén y fue diagnosticado con un tipo de cáncer en la retina del ojo. En diciembre, tuvo que viajar de urgencia a la Ciudad de Buenos Aires para iniciar un extenso tratamiento médico
Marcos Daniel Hernández tiene cuatro años, es oriundo de la ciudad de Neuquén y, hace más de un mes, le diagnosticaron retinoblastoma, un tipo de cáncer que afecta los tejidos de la retina. En su lucha contra la enfermedad, se sometió a diversos estudios y tuvo que viajar de urgencia a la Ciudad de Buenos Aires, donde enfrentó una cirugía que resultó en la pérdida de su ojo izquierdo.
Todo comenzó el 12 de octubre del año pasado, cuando Marcos jugaba junto a los hijos de una pareja amiga en la orilla de un río. En un juego, uno de los niños arrojó ceniza sobre su cara, la cual terminó ingresando en uno de sus ojos. “Me decía que no podía ver”, comentó Rodrigo.
A partir de entonces, los estudios clínicos se sucedieron: fondos de ojos, ecografías y visitas al médico se convirtieron en parte de la rutina diaria de la familia Hernández. Debido a la hinchazón, Marcos perdió la visión en su ojo izquierdo. El 4 de diciembre, ingresó al quirófano, donde le realizaron una punción. Un día después, recibieron la noticia del diagnóstico de retinoblastoma, una enfermedad en la que se forman células malignas en los tejidos de la retina, según la definición del Instituto Nacional del Cáncer (NIH, por sus siglas en inglés). A su vez, el parte médico informó una “citología oncológica positiva, consistente en un tumor de células pequeñas, redondas y azules”.
El tratamiento necesario para Marcos estaba lejos de su hogar, en la Fundación Zambrano, un centro especializado en cirugía ocular en la Ciudad de Buenos Aires, según informaron los médicos. Ya sabían que el presupuesto mínimo para comenzar era de 1.800.000.
Más adelante, la familia solicitó un vuelo de emergencia a la obra social, el Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN), para trasladar al niño a la Capital Federal y comenzar con el tratamiento. “Nos dijeron que el expediente iba a demorar casi un mes debido a la burocracia. No nos quedó más remedio que venir por cuenta propia”, dijo Cayuñir.
El niño y sus padres llegaron a Buenos Aires el 8 del mes pasado. Gracias al trabajo de Rodrigo en el Ministerio de Salud y de Verónica como portera de una escuela, pudieron hospedarse una semana en un hotel de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Después, cuando la obra social aprobó el expediente y comenzó a cubrir algunos gastos, pudieron mudarse a un monoambiente en el barrio porteño de Almagro.
Una vez en la Fundación Zambrano, Marcos fue sometido a una cirugía en la que le extirparon el ojo izquierdo. “Le sacaron todas las células del tumor y cuando todo eso finalizó, debimos continuar el tratamiento en otro lugar”, sostuvo su padrastro. Luego, tras una consulta con el área de oncología del Hospital Italiano, los padres supieron que el niño necesitaba quimioterapia debido al “elevado riesgo de contaminación en la zona y la posibilidad de que la enfermedad regrese o haga metástasis”.
“El tumor está localizado y está en solo una zona pero hay chances de que pueda tener una recaída más adelante si no se realiza el tratamiento. Este tratamiento no garantiza un 100% de que se cure la enfermedad pero si garantiza que no haya una recaída y que más adelante surjan otros tumores. La duración de la quimioterapia será de 8 a 9 meses”, comentó Cayuñir en un posteo en redes sociales.
“Nunca nos imaginamos que iba a ser un proceso tan largo. Calculábamos hasta el 20 de diciembre estar acá en Buenos Aires y después volvernos a Neuquén. Por eso que dejamos a la hija de mi esposa en Neuquén con su abuela”, añadió.
La colecta para ayudar a Marcos
Además de confiar en los médicos, la familia del niño deposita su fe en la iglesia a la que asisten y en el apoyo de toda la comunidad que los ha respaldado desde el momento en que recibieron el diagnóstico. “Pedimos nos acompañen en oración por Marquitos para que el Señor fortalezca mucho su vida para la quimioterapia y por nosotros como papás porque realmente no es fácil este proceso”, señalaron.
Hasta el momento, Verónica y Rodrigo debieron hacerse cargo de la mayoría de los gastos. “Costeamos todo nosotros. Tuvimos que pagar casi 65 mil pesos para que analicen el ojo que le retiraron a Marcos. Fuimos a hablar con la obra social en Buenos Aires, pero todavía estamos a la espera de que nos hagan el reintegro. A esa biopsia la volvieron a analizar acá en el Hospital Italiano, y de eso son casi 20 mil pesos más”, relató Cayuñir a este medio.
“También, estamos costeando la comida. Es como tener una segunda casa en Buenos Aires. Lo único que se está haciendo a cargo el ISSN es del alojamiento del departamento, y cada tanto aprueban un expediente o un pedido”, agregó.
Ante esta situación, se puso en marcha una campaña en las redes sociales, bajo el nombre “Todos por Marcos Hernández”, donde se inició una colecta de fondos para poder seguir afrontando los gastos de su estadía en la Capital Federal. “Nos cambiaron todas las expectativas, fue muy triste, pero a la vez confiamos en que el niño está siendo atendido. Estoy contento por la atención que nos están dando desde el hospital. Además, la gente está colaborando”, dijo el padrastro del menor.
“La lucha de hoy es con nuestra obra social, más allá de que nos hayan dado un lugar para dormir”, concluyó.