El directorio del Fondo debatirá la semana que viene la revisión de metas y llegarían USD 2.000 millones al Banco Central. El staff técnico evaluó el resultado de la flexibilización del cepo pero no comentó sobre el desarme de las Lefi y la suba de la tasa de interés
El Fondo Monetario prepara el terreno para que su directorio debata en los próximos días el resultado de la primera revisión técnica que destrabaría un desembolso de USD 2.000 millones hacia el Banco Central. El organismo hizo una primera evaluación de los últimos tres meses del plan económico y Luis Caputo sugirió que el acuerdo técnico incluirá novedades en el programa vigente.
El Fondo Monetario Internacional informó este jueves que alcanzó un entendimiento a nivel de staff técnico con el Gobierno argentino en relación con la primera revisión de las metas vinculadas al superávit fiscal y a las reservas del Banco Central. Los próximos pasos serán: el board discutirá este acuerdo por la primera revisión y en caso de que haya luz verde, el BCRA recibirá USD 2.000 millones.

En el tercer trimestre el acuerdo incluye la exigencia más leve de acumulación de reservas de todo el año, algo esperable al considerar que es el tramo siguiente al fin de la cosecha gruesa. El informe definitivo del staff que considerará el directorio podría incluir cambios en las metas, algo que desde el Gobierno prefirieron no anticipar.
“El programa ha tenido un inicio sólido a pesar de un contexto externo más complejo: la desinflación y el crecimiento han continuado, la pobreza ha seguido reduciéndose y Argentina se ha reincorporado a los mercados internacionales de capital antes de lo previsto”, mencionó el organismo.“Las autoridades mantienen su compromiso de salvaguardar el ancla fiscal, reconstruir las reservas, reducir la inflación de forma duradera, seguir fortaleciendo el marco monetario e impulsar reformas que impulsen el crecimiento”, continuó.
En cuanto a la evolución del esquema cambiario, el Fondo consideró que “la transición a un régimen cambiario más flexible y la flexibilización de la mayoría de los controles cambiarios se han desarrollado sin contratiempos, a pesar de un contexto externo más complejo”. También remarcó que “el tipo de cambio oficial se ha mantenido cerca del punto medio de la banda”.
“En consonancia con los objetivos del programa, se alcanzaron acuerdos sobre políticas destinadas a salvaguardar el logro del ancla fiscal, reconstruir las reservas, reducir de forma duradera la inflación y seguir mejorando la claridad y el funcionamiento del marco monetario. Esto se complementará con nuevas medidas para crear una economía más abierta, resiliente y basada en el mercado”, planteó el staff en el comunicado.
Durante la revisión también se abordó el grado de cumplimiento de los primeros compromisos del programa, tanto en materia de superávit primario como de acumulación de reservas. Este último punto se presentó como el más exigente. La fecha fijada para contabilizar cuántas divisas había sumado el BCRA fue el 13 de junio, pero estimaciones del mercado indican que para ese momento el Gobierno estaba unos USD 4.000 millones por debajo de la meta.
Con el Banco Central retirado del mercado de cambios oficial y habilitado solo a intervenir si el dólar tocaba el techo de la banda, el Ejecutivo recurrió a otras vías para engrosar las reservas y aproximarse a los objetivos del acuerdo. Una de las estrategias fue la compra directa de divisas por parte del Tesoro, es decir, del Ministerio de Economía, a partir de las liquidaciones de provincias o de empresas que colocaran deuda en moneda extranjera.