La dedicatoria de Marina Calabró a Rolando Barbano en los Martín Fierro causó polémica.
Ausencia de reciprocidad y señales de alerta en la pareja.
Los premios Martín Fierro de radio tuvieron un episodio que se posó en el centro de la escena cuando Marina Calabró dedicó su estatuilla como mejor columnista de espectáculos al periodista Rolando Barbano, con quien estuvo en pareja.
Al subir al escenario Calabró evocó a su familia y, tras una breve pausa, dio lugar a lo que desató la polémica: “Y lo quiero compartir y dedicárselo a mi amor… Sí, a vos Rolando, a vos“. Mientras tanto, las imágenes mostraban a un Barbano algo incómodo, casi negando con la cabeza, aunque sonriente.
Pero eso no fue todo: cuando llegó el turno del periodista, quien fue premiado como mejor columnista policial o judicial (ambos por su labor en el programa Lanata sin filtro, en Radio Mitre AM 790), recibió la estatuilla junto a uno de sus hijos y evitó mencionar a Marina Calabró en su dedicatoria.
Lo público y lo privado
Sebastián Girona, psicólogo especialista en vínculos (en Instagram, @sebastiangirona), señaló a Clarín que si bien en algún punto las declaraciones de amor son válidas en cualquier momento y lugar, hay algunos puntos a tener en cuenta.
“La variante es si esa declaración de amor implica exposición o es privada. Y claramente esta situación día implicó una gran exposición: una exposición en el lugar donde había muchísima gente y una exposición mediática por la reproducción, por el rebote en la gente que lo está viendo en la casa”, aseguró.
Esto, destacó, es lo que hará la diferencia según las personalidades de los involucrados. Así, en referencia al debate alrededor de Marina Calabró y Rolando Barbano, agregó: “Si es una declaración que implica exposición frente a otros, dependerá del carácter de cada uno. Hay personas que son más extrovertidas y no tienen problema, que quizás sea el caso de ella. Y hay personas que son más introvertidas, que quizás sea el caso de él, en donde esa posición puede ser algo difícil de transitar”.
En la misma línea, el especialista remarcó que los límites deberían darse alrededor de esta cuestión, cuando “la situación mediática pueda llegar a afectar, sobre todo a la hora de hablar de sentimientos”.
“Si bien los dos trabajan en los medios, en los medios hay personas extrovertidas e introvertidas y las personas introvertidas muchas veces pueden trabajar en los medios porque ahí tienen un personaje y tienen una lógica de cara al público que es, por ejemplo, en el caso de él, la sección de policiales. Eso no necesariamente quiere decir que si hablan de cosas personales la pasen igual de bien”, añadió Girona.
“El amor siempre tiene que ser recíproco”
La polémica alrededor de Calabró y Barbano probablemente cobró tanta dimensión por la aparente ausencia del ida y vuelta que los vínculos sexoafectivos requieren. “El amor siempre tiene que ser recíproco, es uno de los principios básicos de cualquier tipo de vínculo y sobre todo en una pareja”, resaltó el psicólogo.
Sin embargo, aclaró: “Muchas veces alguien que es introvertido o es más tímido en cuestiones personales puede aparecer frente a otro que no sabe el detalle como un antipático o como alguien desamorado y quizás esa persona no es antipática, sino que es más bien tímida; entonces, desde esa timidez le cuesta poder expresar lo que siente”.
Marina Calabró ganó el Martín Fierro y se lo dedicó a Rolando Barbaro.
Específicamente sobre los premiados, sostuvo: “Es altamente probable que ella sepa todas estas cosas mejor que cualquiera que estaba mirando en ese momento, lo tome de manera diferente y lo transite de otra manera. Al final, lo importante en el vínculo es lo que pasa en la intimidad, más allá de la exposición”.
Red flags
“Salí de ahí, Marina”, “date cuenta, amiga”, son algunas de las frases que se repiten una y otra vez en las redes sociales, en claro apoyo a Calabró. ¿Fue este episodio una señal de alerta?
Por su parte, también reflexionó sobre declaraciones como las de Marina: “Me parece peligrosa la actitud si la persona que hace la declaración pública tiene idea de lo que le puede llegar a impactar a una persona a quien no le gusta la exposición, por lo menos esta exposición personal de la que hablamos”.
“Si mi pareja hace cosas como esa, de exponerme frente a otro, sabiendo que a mí realmente hasta me hace daño y me perjudica, me hace realmente mal y lo sufro, entonces sí puede ser una alarma para poner en juego o para decidir si yo permanezco en esa relación o no. Una vez, obviamente, puede pasar, pero si se repite eso ya es otro problema”, concluyó.