- El noruego de 33 años demostró una vez más por qué es el rey del “juego-ciencia”.
- En Uzbekistán, se llevó el torneo con 10 puntos en 13 rondas.
- Faustino Oro, de 10 años, hizo historia para Argentina.
Magnus Carlsen hace lo que se le canta. Sobre el tablero y en la vida cotidiana. Por algo es el número uno del ajedrez desde que el 1° de julio de 2011 se apropió de la cima del ranking mundial y no la largó más. Si quiere jugar un torneo, va y lo juega. Si quiere resignar su título en ajedrez pensado después de nueve años de reinado, va y lo resigna. Si piensa que para atraer más público hay que tender a torneos de ritmo rápido vía streaming, va y organiza un circuito anual… y encima lo gana. El noruego de 33 años es el rey de los trebejos. Y este jueves lo dejó una vez más en claro al conquistar su quinto título mundial en el ritmo rápido, con partidas a 15 minutos, más 10 segundos por movida.
En la lejana Samarkand, la segunda ciudad más importante de Uzbekistán, una de las nuevas mecas del ajedrez internacional, Carlsen festejó invicto una nueva consagración con 10 puntos en 13 rondas, con un récord de 7 victorias y 6 tablas. Este nuevo título se suma a los que había logrado en Dubai 2014, Berlín 2015, Moscú 2019 y Almaty 2022. Una fiera implacable con sus rivales, que se llevó 60 mil dólares por el campeonato.
“Estoy muy contento. A veces mi juego ha sido un poco demasiado seguro y demasiado técnico, pero no creo que me haya metido en serios problemas en ninguna partida. Así que me siento muy bien”, señaló el noruego.
Carlsen tomó el liderazgo del torneo en tierra uzbeca en la quinta rueda y no lo abandonó más. En la última jornada derrotó con negras al esloveno Vladimir Fedoseev y con blancas al iraní Pouya Idani, e igualó con el uzbeco Nodirbek Abdussatorov, campeón mundial de la especialidad en Varsovia 2021, y con el prodigio indio Rameshbabu Praggnanandhaa.
Entre el viernes y el sábado, el noruego irá por otra proeza: ser por séptima vez campeón mundial en partidas a ritmo blitz (relámpago), a tres minutos por jugador, más 2 segundos por movida.
En tanto, la maestra internacional rusa Anastasia Bodnaruk se consagró campeona mundial. Y eso que había comenzado el torneo como la 51° preclasificada. La nueva reina del ajedrez rápido se llevó el torneo invicta con 8,5 puntos en 11 rondas, producto de seis triunfos y cinco empates.
La definición llegó en el desempate en partidas a ritmo blitz contra la gran maestra india Humpy Koneru y Bodnaruk se llevó 40 mil dólares.
Faustino Oro, el pibe maravilla
Entre tantos niños que compitieron en el Mundial de ajedrez rápido se destacó la presencia del argentino Faustino Oro. Papá Alejandro y mamá Romina renunciaron a sus trabajos como contadores en empresas top y con su hijo se radicaron en España para que esté cerca de los torneos más importantes, progrese como ajedrecista y obviamente siga estudiando como cualquier pibe. Uno de los objetivos fue viajar con dinero de sus ahorros a Uzbekistán y competir en el Mundial.
Pues bien, Fausti terminó con 4 puntos en 13 rondas, producto de tres victorias, dos tablas y ocho derrotas. En la última jornada perdió las cuatro partidas: dos ante grandes maestros, una ante un maestro internacional y la última ante un maestro FIDE como él.
Ahora competirá en el Mundial blitz, especialidad en la que habitualmente enfrenta online contra poderosos grandes maestros, algunos de los cuales han caído bajo sus garras.
El otro argentino que participa en Samarkand es el gran maestro Alan Pichot, ex campeón mundial Sub 16, quien sumó 7 puntos, gracias a cinco triunfos, cuatro tablas y cuatro derrotas. Desde este año juega bajo bandera española tras años de conflicto con la Federación Argentina. Fue su tercer Mundial de ajedrez rápido, ya que en 2016 terminó 77° con 6,5 en 15 ruedas y en 2021 fue 73° con 6,5 en 13.