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“No estoy bien”, dijo y pidió a un ayudante que leyese sus comentarios.
El papa Francisco presidió el miércoles su audiencia pública semanal en el Vaticano pero dijo que todavía se encuentra mal y pidió a un ayudante que leyese sus comentarios un día después de cancelar un viaje al extranjero.
Aunque esta mejor de una “inflamación en los pulmones” que lo aqueja desde el sábado, el papa Francisco debió cancelar su proyectado viaje a Dubái para hablar ante el encuentro mundial de Naciones Unidas sobre la emergencia climática mundial, anunció el Vaticano.
El director de la Sala de Prensa de la Sana Sede, Matteo Bruni, dijo que aunque el cuadro clínico general del Santo Padre en relación con el cuadro gripal y la inflamación de las vías respiratorias ha mejorado”, los médicos le han pedido a Francisco que “no no realice el viaje” a Dubái, en los Emiratos Árabes, que lo obligará a grandes esfuerzos.
Allí tendrá lugar la 28va. Conferencia de las Partes de la Convención Marco de de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Un viaje de tres días
El pontífice argentino tenía previsto un viaje de tres días a Dubái desde este fin de semana, donde pronunciaría un discurso y se entrevistaría con personalidades presentes en la llamada COP 28. En total, unas 30 reuniones, que exigirían un gran esfuerzo físico.
El de Dubái debía ser el 45 mo. viaje apostólico del Papa al exterior. La decisión de renunciar a la gira en un tema como la degradación de la Tierra, que preocupa mucho al pontífice argentino, se produjo cuando faltan solo tres semanas para que Francisco cumpla 87 años.
“No estoy bien”
El Vaticano informó el martes que el Papa “ya no tiene fiebre” y que su estado de salud ha mejorado. Bergoglio confirmó todos sus encuentros programados, en primer lugar la audiencia general de los miércoles en el Aula Pablo Pablo VI. Sin embargo, admitió que no estaba bien, y debió ser asistido durante el acto.
El pontífice argentino, a quien le falta parte de un pulmón desde que era joven, tosió casi al final de la audiencia general de los miércoles de una hora de duración, mientras hacía unos comentarios finales. Después se levantó de su silla en el escenario y bendijo a los presentes.
Con una voz débil, poco más que un susurro, Francisco dijo a los asistentes que “como no estoy bien”, la lectura de su discurso no sonaría “bonita”. Entonces entregó el discurso impreso a un ayudante.
Pero sí habló al final de la audiencia para mostrar su satisfacción por el alto el fuego temporal en la guerra entre Israel y Hamas, y dijo que espera que continúe “para que todos los rehenes sean liberados y se siga permitiendo el acceso a las ayudas humanitarias necesarias”.
“No hay agua, no hay pan. La gente sufre”, afirmó.