En el Día Mundial de la Salud Mental se conoció un informe internacional que ubicó a dos países de América Latina entre los tres con peores índices en ambos factores. Perú en el primer puesto.
Cada 10 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha destinada a reflexionar sobre la importancia del bienestar psíquico en nuestras vidas. En ese marco se conoció un estudio global que pone bajo la lupa dos aspectos claves para la salud mental: el estrés y el sueño. Los resultados señalaron a Argentina en el podio de los más afectados en su bienestar psicológico en relación con ambos factores, ya que se ubicó en segundo lugar seguido de otro país de América Latina, Perú.
El estrés: una problemática global con matices locales
En particular, en Argentina y Perú, la autoevaluación del estrés es especialmente negativa, con un 54% y un 59% respectivamente de respuestas desfavorables. En el tercer lugar se ubicó Nigeria, en África, con el 51%.
El estudio también reveló que, en Argentina, las mujeres y los jóvenes son los grupos más afectados por el estrés. Un 59% de las mujeres argentinas evaluó negativamente su nivel de estrés, en comparación con el 48% de los hombres. Además, los adultos jóvenes de entre 18 y 24 años presentaron los peores resultados, con un alarmante 72% de menciones negativas, lo que subraya una mayor vulnerabilidad en este segmento.
Geográficamente, los residentes de Buenos Aires (CABA y GBA) fueron más críticos respecto a su estrés, con un 62% y un 59% de menciones negativas, respectivamente, frente al 51% del interior del país. Esto evidencia una diferencia significativa en cómo el entorno urbano impacta la percepción del bienestar mental.
Las causas del estrés: trabajo y falta de dinero
El trabajo es, según el estudio, el principal generador de estrés a nivel global, con un 24% de las menciones. Le sigue la falta de dinero, con un 21%, y en tercer lugar, la familia, con un 19%. En Argentina, la tendencia es similar, aunque con un mayor énfasis en la falta de dinero, que afecta a un 29% de los encuestados. “La situación económica del país agudiza el estrés en las personas, especialmente en los sectores más vulnerables”, explicó Cilley.
Además del trabajo y la falta de dinero, el estudio identificó otras causas de estrés, como la salud (9%) y la falta de empleo (7%). En menor medida, los cambios en la vida, como mudanzas o nuevas responsabilidades, también generan preocupación en un 6% de los encuestados.
A nivel global, las guerras y los desastres ambientales ocupan los últimos lugares como fuentes de estrés, con un 4% y un 2% respectivamente.
El sueño: un indicador clave del bienestar
El sueño, como aspecto central del bienestar, también fue evaluado en el estudio. A nivel global, el 68% de los encuestados lo calificó positivamente, mientras que 3 de cada 10 lo consideran “malo” o “bastante malo”. Sin embargo, en Argentina, la situación es más preocupante: el 36% de los participantes reportó problemas para dormir bien, y solo el 60% expresó satisfacción con la calidad de su sueño.
Los resultados por género también revelan diferencias notables. Los hombres argentinos presentaron una evaluación más favorable de su sueño (65%) en comparación con las mujeres (55%). Además, la calidad del sueño mejora con la edad, hasta alcanzar su punto más alto entre los mayores de 65 años, ya que un 68% reporta dormir bien. Este patrón también se observa según el nivel socioeconómico y educativo: las personas con mayor nivel de educación y poder adquisitivo suelen tener una mejor percepción de su descanso.
Mujeres y jóvenes: los más vulnerables
El estudio realizado por Voices! y WIN International resaltó que los jóvenes argentinos son quienes peor perciben su salud en comparación con otros grupos etarios. Esto se refleja, no solo en la evaluación del estrés, sino también en la calidad del sueño.
Entre las personas de 18 a 24 años, un 42% considera que su descanso es inadecuado, en contraste con el 29% de los mayores de 65 años. La vulnerabilidad de este grupo subraya la importancia de implementar políticas que atiendan sus necesidades específicas en términos de salud mental.
Por otro lado, las mujeres en Argentina no solo reportan mayores niveles de estrés, sino que también presentan peores evaluaciones en diversos aspectos de su bienestar general, incluido el sueño. Este fenómeno pone en evidencia la necesidad de trabajar por una mayor igualdad de género en la salud mental. Como destacó Cilley, “la igualdad de género en la salud se vuelve un tema prioritario en un país donde las mujeres no solo se perciben más estresadas, sino que también presentan peores evaluaciones de su bienestar general”.