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El índice pasó del 12,7% en septiembre al 8,3% el mes pasado.
Con el 8,3% la inflación de octubre fue la más baja desde julio, cuando había registrado 6,3%. Así, a pocos días de que se realice el balotaje del 19 de noviembre, Sergio Massa logró exhibir un Indice de Precios al Consumidor (IPC) que volvió a ubicarse por debajo de los dos dígitos y además con una caída de 4,4 puntos porcentuales sobre el 12,7% de septiembre, el nivel más alto no solo de su gestión sino de los últimos 32 años.
Para los analistas, hubo tres elementos decisivos que explican por qué cedió el índice: congelamiento de precios, dólar oficial quieto y dólares alternativos a la baja y el resultado de las elecciones de octubre.
En la lista de precios congelados aparecen productos de la canasta básica incluidos en Precios Justos, junto con combustibles, tarifas de servicios públicos, transporte, prepagas y medicamentos.
A esto se suma otro factor clave: el dólar oficial está congelado desde el 14 de agosto en $ 350 y recién empezará a moverse a partir de este miércoles 15 de noviembre.
Para Santiago Manoukian, de Ecolatina, el 8,3% de octubre “es un dato que tiende a sorprender un poco porque dio por debajo de lo que esperaba el consenso del mercado e incluso de nuestra medición que dio 9,4%. Dio en línea con la medición que viene realizando el ministerio de Economía, que mensualizado da 8,4%”.
Manoukian remarca que el número de octubre “sigue siendo un dato muy elevado, teniendo en cuenta que se logró mediante una estrategia del Gobierno de contener los precios en la previa a las elecciones”.
Ahí se ubican el congelamiento de todas las tarifas de servicios públicos, de la energía, e incluso el tipo de cambio oficial, en conjunto con acuerdos de precios para frenar la dinámica de incrementos de rubros como prepagas y medicamentos. “A esto se sumó cierto agotamiento de que traían los precios tras el ajuste cambiario que tuvimos en agosto”, refuerza el economista.
“Este plan de contención tuvo un efecto relativamente moderado, y más que nada, transitorio”, indica Manoukian.
Manoukian también destaca que fue un factor relevante el hecho de que los dólares alternativos, el blue y los financieros, hayan dejado de subir después del triunfo de Massa en las elecciones de octubre, lo que alejó las chances de un salto devaluatorio inminente. “Esta baja evitó que se registrara una espiralización mayor de los precios, sobre todo en la última semana del mes pasado. El resultado electoral también fue relevante, porque una victoria de Javier Milei podría haber desatado una suba mayor de los dólares paralelos que habría pegado aún más sobre los precios”.
El economista Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T, marca que una de las razones de la desaceleración de los precios es el menor arrastre estadístico de un mes a otro. “Agosto dejó para septiembre un arrastre estadístico de 5,9 por la devaluación, mientras que septiembre le dejó a octubre 3 puntos de arrastre”.
El analista advierte que el índice de noviembre viene subiendo más porque “ya a mitad de octubre los precios volvieron a acelerarse después de la suba del dólar blue”. Y también porque el Gobierno acordó algunos aumentos, como el de los combustibles. “Tuvieron todo pisado y aumentaron en cuando arrancó noviembre“, señala.
Manoukian coincide en que “de cara a lo que viene esperamos una aceleración de la inflación. Ya estamos en un régimen de alta inflación donde el índice se puede calmar por momentos pero va a encontrando pisos de una inercia cada vez más elevada. Esto no marca un cambio de tendencia: el dato de noviembre creemos que va a estar influido por el arrastre de 5,75% que dejó octubre”.
Para Manoukian también hay que incluir en la inflación de este mes “el impacto de la generalización del desdoblamiento cambiario vía el dólar exportador que subió el tipo de cambio efectivo de la economía y también el endurecimiento de las condiciones del pago de las importaciones que hemos visto en las últimas dos semanas, lo que profundiza la incertidumbre sobre los costos de reposición”.