El episodio en Massachusetts alteró la vida de los protagonistas y provocó un debate sobre privacidad y reputación en el sector tecnológico
Andrew Cabot, empresario y CEO de Privateer Rum, habló por primera vez tras el escándalo que involucró a su esposa, Kristin Cabot, y al CEO de Astronomer, Andy Byron, en un concierto de Coldplay en Massachusetts.
La atención mediática fue inmediata. Andrew Cabot, quien se encontraba en Japón por trabajo, regresó y se encontró con decenas de periodistas en la puerta de su residencia en Rye, New Hampshire, valorada en USD 2,2 millones.

En el comunicado, agrega que ahora que la demanda de divorcio es pública, espera que termine la especulación y que su familia recupere “la privacidad que siempre ha valorado”.

El episodio afectó directamente la vida profesional de los implicados. Astronomer, dedicada a DataOps e inteligencia artificial, suspendió de sus cargos a Byron y Cabot tras la viralización del video, y ambos terminaron renunciando. Pete DeJoy, sucesor de Byron, reconoció en LinkedIn que la repercusión mediática fue “inusual y surrealista” para la compañía, que se hizo famosa bajo circunstancias no deseadas.
Las consecuencias impactaron también en los círculos privados. Megan Kerrigan, esposa de Andy Byron y madre de sus hijos, dejó el domicilio familiar, devolvió el anillo de bodas y borró el apellido Byron de sus redes sociales antes de cerrar definitivamente su cuenta de Facebook.
Andrew Cabot es descendiente de una de las familias más poderosas de Boston, conocida como los Boston Brahmin, con una fortuna estimada en USD 15.000 millones. El reparto de bienes tras el divorcio aún no se definió.

Andy Byron llevó a Astronomer a conseguir contratos globales por al menos USD 13.000 millones y poseía opciones por el cinco por ciento de la compañía, valorada en USD 1.300 millones. Todavía no se sabe si ejerció esas opciones antes de su salida.
Fuentes próximas a los Cabot y documentos judiciales consultados por el Daily Mail aportan matices sobre la cronología de la separación y las percepciones de quienes rodean a la familia. Mientras el entorno de Andrew Cabot insiste en que la ruptura era previa al escándalo, otras voces señalan que la imagen pública de la pareja era de estabilidad hasta fechas recientes.