Las ventas al exterior del sector crecieron en volumen, mientras que las compras al resto del mundo se mantuvieron controladas. La infraestructura, los incentivos fiscales y el contexto cambiario explican en parte la dinámica que benefició la cuenta externa en los primeros meses del año.
Entre enero y abril de 2025, Argentina registró un superávit comercial energético de USD 2.684 millones, lo que significó una mejora interanual de USD 246 millones. La balanza energética volvió a mostrar un aporte positivo en un contexto externo desafiante, influido por la baja en las cotizaciones internacionales del petróleo, provocada en gran parte por los efectos de la guerra de aranceles que impulsó Estados Unidos.
El informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) indicó que este resultado respondió a una combinación del efecto precio y el efecto cantidad. En el primer cuatrimestre, los precios favorecieron la cuenta en USD 127 millones y las cantidades lo hicieron en USD 118 millones adicionales. El análisis desagregado mostró que las exportaciones alcanzaron los USD 3.634 millones y las importaciones energéticas sumaron USD 950 millones.
Durante abril, las exportaciones energéticas totalizaron USD 851 millones, con un descenso interanual en el precio de exportación del 14%, según datos de ACM. La consultora remarcó que, pese a esta baja, las cantidades exportadas crecieron un 4,5%, lo que permitió amortiguar la contracción de ingresos frente al mismo mes del año anterior. El efecto precio propicio una baja en los precios internos de la nafta y el gasoil de un 4% promedio.

Por su parte, las importaciones energéticas ascendieron en abril a USD 278 millones, según el mismo informe, con un aumento interanual de más de USD 100 millones. Este repunte mensual se vinculó con factores estacionales y con un mayor dinamismo en la demanda interna, aunque los precios internacionales más bajos moderaron el impacto neto en la balanza.
La consultora LCG coincidió en su diagnóstico sobre la evolución negativa de los precios internacionales de los combustibles, pero destacó que el saldo energético positivo permitió sostener un superávit comercial total, aunque sensiblemente menor al del año pasado. En el acumulado de los primeros cuatro meses, el comercio exterior argentino mostró un superávit global de bienes de USD 897 millones, sostenido en gran parte por el desempeño del complejo sojero y el aporte energético.
A nivel mensual, el resultado de abril fue de USD 204 millones, un descenso de más de USD 1.600 millones respecto al mismo mes de 2024, arrastrado por el crecimiento de las importaciones totales (+37,3% interanual), en contraste con exportaciones que apenas subieron un 2,3%, según el análisis conjunto de ACM y LCG.
En paralelo, la consultora Iaraf puntualizó que el mayor aporte de dólares en 2025 provino del aumento de las exportaciones energéticas. Las mayores cantidades exportadas compensaron los menores precios, con un efecto positivo total de USD 342 millones. Además, el ahorro generado por el descenso de precios en las importaciones se estimó en USD 155 millones, mientras que el costo adicional por el mayor volumen importado alcanzó los USD 252 millones.

La consolidación del ex gasoducto Néstor Kirchner (ahora Perito Moreno) como vía clave para el abastecimiento local influyó sobre las necesidades de importación. Según proyecciones de LCG, esta infraestructura permitió moderar las compras externas de energía, especialmente en los meses de baja temperatura, cuando usualmente crecen las necesidades de aprovisionamiento.
Durante una conferencia realizada en Houston, el subsecretario de Combustibles Líquidos, Federico Veller, afirmó que el Gobierno proyecta un superávit de balanza energética de USD 8.000 millones para todo 2025, frente a los casi USD 5.700 millones que se registraron el año pasado. Veller explicó que esta mejora se apoya en el crecimiento de la producción en Vaca Muerta, el desarrollo de infraestructura y las condiciones favorables para exportar gas y petróleo, según reportó Reuters.
En 2024, Argentina alcanzó su mayor superávit energético en 18 años, con un saldo positivo de USD 5.668 millones. Las exportaciones energéticas crecieron 22,3% respecto a 2023, alcanzando USD 9.677 millones, mientras que las importaciones cayeron un 49,4%, situándose en USD 4.009 millones. El mes de diciembre cerró con un superávit mensual récord de USD 852 millones.

El mayor comprador de energía argentina en 2024 fue Chile, con USD 2.844 millones, seguido por Brasil y otros países limítrofes. El resultado anual confirmó la consolidación del país como exportador neto de energía, una transformación que comenzó en 2022 y se profundizó con el avance de la infraestructura de transporte y el aumento de la capacidad productiva.
La balanza energética, en este contexto, se convirtió en un eje central para la política comercial y cambiaria. A medida que se mantenga la tendencia de precios internacionales bajos, el volumen exportado y la sustitución de importaciones seguirán siendo los factores determinantes del saldo.
La salida de dólares por gastos de turismo y consumos con tarjeta en el exterior durante los últimos quince meses superó al ingreso generado por el sector energético, a pesar del salto exportador impulsado por Vaca Muerta. En este proceso fue clave la apreciación del peso en lo que va del Gobierno de Javier Milei, fenómeno que algunos economistas califican como atraso cambiario.