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Jay Shambaugh se reunió con economistas y el gobierno
Fue una visita relámpago. El enviado de la Casa Blanca aterrizó el domingo y al día siguiente regresó a Estados Unidos. En ese lapso breve pero intenso, Jay Shambaugh se interiorizó sobre el plan económico de Javier Milei, indagó sobre la dolarización y el rumbo de la inflación, y dejó la puerta abierta a un mayor acercamiento con el Fondo Monetario Internacional.
Su opinión es clave para la Argentina. Después de la secretaria del Tesoro de EE.UU, Janet Yellen, el funcionario es el de mayor peso en el organismo, el equivalente al Ministerio de Economía en ese país. En rigor, es el subsecretario de asuntos internacionales y tiene el poder de abrir o cerrar las puertas del FMI, entre otros organismos multilaterales. “Es el número 2”, dicen quienes lo conocen.
Shambaugh mantuvo encuentros discretos el domingo y el lunes con economistas en un restaurant de Recoleta, la embajada de Estados Unidos y la Universidad Di Tella. También fue recibido el lunes por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Interior, Guillermos Francos, el ministro de Economía Nicolás Caputo, y el titular del Banco Central, Santiago Basulli.
Acompañado de otros miembros de la misión que desembarcó la semana pasada en Buenos Aires, el exconsejero de la Casa Blanca se mostró interesado en la “sustentabilidad” de la fuerte devaluación y el duro ajuste fiscal, el más fuerte desde 2002. “Querían saber si el paquete es realista y si por la situación fiscal es posible el ajuste”, dijo uno de los economistas que estuvo en Recoleta.
Los consultados respondieron que el programa es “ambicioso” y apoyaron los primeros pasos, pero no estaban seguros si suba anunciada de la AUH y la tarjeta Alimentar será suficiente. Caputo anticipó que “van a ser meses de inflación dura y difícil” y, por el salto del dólar oficial del 118%, la inflación en diciembre podría llegar al 30%, lo que impactará en salarios, actividad, desempleo y pobreza.
Shambaugh también quiso entender la estrategia para bajar la inflación. Fue una pregunta que se repitió en varias reuniones. Se sabe que Milei apunta a reducir el déficit fiscal y los pasivos remunerados (Leliq) para eliminar el “exceso” de pesos. Caputo reconoce en privado, además, que la inflación de entre el 20 y 40% acumulada en febrero y el apretón monetario serán “recesivos”.
En Estados Unidos, hay varios interrogantes abiertos. Si bien el Presidente anunció un ajuste más duro que el exigido por el Fondo, algunos de los economistas que estuvieron con el hombre de Yellen, como Miguel Kiguel, creen que el recorte de tasas de plazo fijo representa un riesgo porque la licuación de ahorros en pesos podría “darle vida” al dólar y presionar sobre la inflación.
Mientras degustaba el menú en Recoleta -un chorizo de entrada, empanadas, buñuelos de espinaca, bife de chorizo y un vino Fin del Mundo-, el enviado del Tesoro pidió que le expliquen si hay margen para una dolarización, si es necesario eliminar las Leliqs y si Milei sigue pensando en esas dos consignas de campaña. También preguntó por la suba de las retenciones a las exportaciones.
Después de anunciar una baja del gasto de 5 puntos del PBI, el Gobierno moderó sus expectativas y redujo el recorte a 3 puntos, acompañándolo de un aumento de impuestos de 2,2 puntos. Además de los cambios en retenciones, se sumaron ajustes en el Impuesto PAIS, Ganancias, blanqueo y adelanto de Bienes Personales, parte de los cuales depende que lo apruebe el Congreso.
En otro de los encuentros, el otro miembro del Tesoro, Michael Kaplan sondeó el viernes el apoyo político a las medidas y las credenciales del equipo económico liderado por Caputo, ante el desconocimiento de los antecedentes de buena parte de sus integrantes. Kaplan hizo consultas sobre los anuncios, los riesgos y las expectativas en torno al FMI.
El Gobierno renegocia el programa vigente con el organismo y busca destrabar unos US$ 3.300 millones, que quedaron pendientes tras la caída del acuerdo. “Ellos ven que el Fondo está metido, la duda es si tiene que ser más protagonista o no, qué implicaría si financian y cuánto sería el reparto a la Argentina y sus acreedores”, dijo uno de los participantes de la conversación.
La impresión que dejaron los funcionarios es que “va a haber un programa mejorado con el Fondo y algo de plata”. La incógnita es si se mantendrá el envase del acuerdo firmado en 2022 o será uno nuevo. La negociación incluye la revisión de metas, subsidios y tarifas. El embajador Mark Stanley ya tuvo encuentros “muy productivos” con el equipo de Energía y Transporte.
Shambaugh tiene una mirada tironeada sobre la Argentina. Por un lado, recomendó al Senado de EE.UU frenar la creciente influencia de China (y sus yuanes) con dólares del FMI, el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo. Por otro, emplazó al Fondo a cortar los fondos con los incumplidores. La solución hallada, por ahora, fue que la Argentina le pague el jueves al organismo con fondos de la CAF.
“El subsecretario Shambaugh se refirió a la visión de la administración de Milei sobre la economía argentina. Acogió con satisfacción el compromiso del gobierno de restaurar la estabilidad económica y discutió con sus homólogos la importancia de centrarse en mantener el apoyo a los argentinos más vulnerables durante el difícil proceso de ajuste”, informó el Tesoro en un comunicado.