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viernes, diciembre 13, 2024

El juego que conquistó a 180 países, genera millones de dólares, pero se sigue manejando desde Villa Urquiza

  • En 2013 Máximo Cavazzani creó “Preguntados”, el juego basado en conocimientos que una década más tarde se sigue jugando en casi todo el planeta.

Etermax fue fundada por Máximo Cavazzani, quien hoy tiene 38 años y antes de cumplir los 25 ya era millonario luego de vender en 2009 una aplicación para teléfonos móviles dedicada a la compra y venta de acciones a un fondo de inversión estadounidense.

Fue un inicio peculiar, con el dinero de aquel emprendimiento financió el lanzamiento de Etermax, que lo llevó a liderar rankings mundiales en el mundo del “gaming”.

Con millones de descargas en España, “Apalabrados” fue la primera app de juegos de Etermax que pisó fuerte. Luego llegaron “Mezcladitos” y “Bingo Crack”. Pero el desarrollo que transformó a Etermax en una empresa de clase mundial fue su app “Preguntados”.

El juego propone a los usuarios elegir entre varias respuestas a preguntas de categorías como entretenimiento, arte, deportes, historia, ciencia y geografía. Cavazzani y su flamante empresa hicieron del conocimiento la materia prima para un juego que atrapó a millones de usuarios.

Preguntados fue lanzado en octubre de 2013 e inmediatamente alcanzó un pico de popularidad en todo el mundo, liderando rankings en más de 125 países. Con más de 20 millones de usuarios activos diarios en 2015, estableció el récord de mantener el puesto número 1 durante 66 días consecutivos en el ranking de aplicaciones móviles para iOS en Estados Unidos.

Desde entonces, “Preguntados” pasó a ser uno de los títulos más reconocidos de la industria de los juegos y hoy está disponible en múltiples formatos. Su repercusión derivó a otros juegos activos como “Preguntados 2”, “Preguntados Aventura”, “Preguntados Cars” y “Triviatopia Run”, entre otros. En su versión inicial hoy la app suma más de 150 millones de descargas en todo el mundo.

Cavazzani en el edificio de Etermax, una ex fábrica textil de Villa Urquiza que le fue comprando de a poco a su padre. Cavazzani en el edificio de Etermax, una ex fábrica textil de Villa Urquiza que le fue comprando de a poco a su padre.

Diez años más tarde del lanzamiento de “Preguntados”, Etermax es una de las empresas fuertes en el competitivo sector del “gaming” y otro tipo de servicios, con 500 empleados y presencia en ocho países. Su división dedicada a las apps de juegos superó los 800 millones de descargas y tiene más de 150 millones de usuarios al año, con juegos en más de 30 idiomas.

¿Cuánto vale una empresa con ese tipo de activos? Etermax fue valuada en 2021 en 500 millones de dólares, según el ranking de revista Forbes, pero se trata de un cálculo abstracto, porque Cavazzani y su socio, Simón Selva, se manejan como una empresa de capital cerrado.

Cavazzani, diplomático, dice que no descarta abrir su capital a inversores externos en el futuro, pero su empresa está por cumplir 15 años y nunca participó de una ronda de financiamiento. Creció en el mercado gracias a sus propias utilidades. Esa independencia, explica él, le proporciona mayor agilidad.

Historia de un edificio

En las oficinas de Etermax en el barrio de Villa Urquiza abundan los colores y los personajes de sus juegos. El edificio era propiedad de Daniel Cavazzani, padre de Máximo, hasta que su propio hijo se lo compró.

“Mi papá fue un empresario de la industria textil y mi madre tuvo negocio de ropa. Ella vive siempre con una energía descomunal, y me enseñó a nunca bajar los brazos. Yo trabajé con mi padre cuando era chico, haciendo estampas en remeras. Siempre quise estar con él, pero no me gustaba trabajar en una empresa de indumentaria. Notaba a la industria un poco retrasada y yo quería estar en un rubro súper avanzado”, contó Máximo.

Pero incluso cuando pudo abrir su propia empresa, buscó la manera de seguir trabajando codo a codo con su padre.

“Decidí instalarme en el mismo lugar de trabajo de mi papá, así compartíamos ideas, comidas, entre otras cosas. Pero Etermax comenzó a crecer, de una oficina chica pasamos a un piso entero, nos expandimos y terminamos comprándole el edificio y él se mudó. A él le encanta lo que hago y está orgulloso. Ahora se dedica a la infraestructura de edificios. Nuestras oficinas las hizo él, tiene un don de arquitecto”.

Programadores en la sede porteña de Etermax. Programadores en la sede porteña de Etermax.

De una familia de clase media formada por sus padres, una hermana casi de la misma edad y su novia, Máximo creció en los transformadores años ‘90, caracterizados por, entre otras cosas, monitores aparatosos, disquetes y los ruidosos primeros módems. Su papá le regaló una Nintendo Game Boy y, desde ese día, fue un cimbronazo para él.

Hizo la secundaria en el Colegio Piaget de San Isidro, donde cuenta que tuvo estímulos para los números y el futuro. “En el Colegio era bastante bueno y me resultaba fácil. Obtuve el mejor promedio varios años. Siempre me destaqué en matemáticas, uno de mis hobbies eran las Olimpiadas de Matemáticas, pero igual me enganchaba en todas las materias, encajaba muy bien en el sistema educativo. Si bien no me gustaba sentarme a estudiar, sí me motivaba aprender”.

Para entonces la tecnología se había apoderado de su persona. A los 15 años, Máximo ya desarrollaba páginas en Internet y lanzó su primer producto comercial, una página de deportes extremos, y también comenzó a hacer diseño gráfico por computación, para el estampado de remeras en la empresa de su padre.

El camino lo llevó a poner un pie en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), donde se recibió de Ingeniero en Informática. “Las personas estudian por lo que les resulta fácil. Para mí, es una mala elección. Siempre quise estudiar algo útil, y por eso me dediqué a la ingeniería en Informática. De chico siempre asocié hacer cosas a la transformación. En los últimos veinte años, los cambios llegaron gracias a la informática. Vi una oportunidad y no me equivoqué. Ser emprendedor y tener una empresa siempre me apasionó”.

Las iniciativas previas

Desde que armó su primer emprendimiento, Cavazzani se acomodó a la idea de lo que denominó el “mínimo caso”. ¿Qué significaba? Realizar un proyecto propio que le diera plata para poder comer todos los meses, sin un sueldo fijo. Ese fue su primer objetivo. A partir de ahí, cuando tuviese suficiente dinero para contratar a un empleado, lo haría.

El primero de esos proyectos que recuerda, durante su paso por la facultad, fue “TuSemana.com”, que consistía en una página con una agenda con las actividades a desarrollar, en la cual el usuario ingresaba sus datos. “La idea era buena pero le faltaba sentido económico”, cuenta hoy.

Hasta que llegó el día. Era 2008 y estaba en la universidad cuando desarrolló iStockManager, una aplicación para teléfonos móviles que permitía comprar y vender acciones. Hoy es algo común. Pero en 2008 eran muy pocos quienes tenían un smartphone y la palabra “app” era casi desconocida.

“Comencé el proyecto gracias a un Blackberry Pearl que le regalaron a mi papá. A mí siempre me interesó el mundo de las acciones y los valores de las empresas. Un día papá me lo dio para que me fijara cómo poder ver las cotizaciones de las acciones desde el aparato. No se podía y se me ocurrió la idea que crear un mecanismo para hacerlo. Desarrollé un prototipo en tres días, muy agarrado de los pelos. Lo probé, estaba en la Facultad y podía ver las acciones en un aparato. Era una locura, hoy en día parece algo común pero en ese momento era ilógico e impensado”.

También a mediados de 2007 Apple había presentado su iPhone, y Cavazzani decidió extender su aplicación al sistema que por entonces se llamaba “iPhone OS”. Fue el pasaporte al dinero que financiaría a Etermax.

“Le ofrecí el producto a un broker llamado TD Ameritrade, con el cual trabajaba, pero con resultado negativo. Al final, y viendo el potencial que tenía, decidí utilizar el proyecto para mí. Al momento de publicarlo surgió el problema con el nombre, porque el dominio que figuraba en su registro era iPhone Ameritrade. Desde TD Ameritrade me llamaron y me prohibieron utilizar el nombre, pero me dejaron utilizarlo si lo registraba gratis a cambio de una comisión. Cerré un acuerdo con ellos por el que me llevaba un porcentaje de cada venta que se hacía de mi aplicación. Hice correctamente los números y en 2008 lancé iStockManager, la primera aplicación gratuita para compraventa de acciones de iPad, iPhone y Android. ¿Resultado? Al año recaudó un millón de dólares. Parecía irreal”.

La empresa

Luego de ese temprano éxito, Cavazzani acordó con TD Ameritrade la venta de iStockManager y se asoció con Simón Selva, un compañero del ITBA. Juntos, se instalaron en la fábrica del padre de Máximo.

“Llegamos a las instalaciones del trabajo de mi papá, le pedimos una oficina, le pagamos el alquiler, contratamos a un compañero nuestro de la facultad y así comenzó Etermax”, cuenta hoy.

Cavazzani venía de transformarse en un emprendedor exitoso gracias a una app financiera, y sus primeros pasos con Etermax también fueron en esa dirección. Intentó crecer con servicios y productos para las finanzas globales, pero las regulaciones del sector y la lentitud de los trámites le dieron una cachetada. También desarrolló un simulador de inversiones y un proyecto con una empresa de Silicon Valley, que luego no se concretó. Según cuenta hoy, el potencial de aquel proyecto era muy bueno “pero no se ganaba plata”.

Llegó 2010 y Etermax debía comenzar a dar ganancias. Entonces surgió la iniciativa de hacer un producto sin socios en el sector de los juegos, hasta ese momento desconocido para él y su gente. Cavazzani había dicho “nunca vamos a hacer un juego”. Dio marcha atrás, pero decidió que sus desarrollos tendrían una impronta basada en contenidos educativos.

Con esa premisa, un año más tarde habían desarrollado “Apalabrados”, un juego de palabras con mucha parte social y lenguaje que en 2012, tres años después del éxito de iStockManager, resultó un furor en España, donde terminó descargado en uno de cada dos teléfonos. Según Máximo, “Apalabrados” marcó el futuro de la compañía y le allanó el camino a “Preguntados”.

El hit

En 2013 fue presentado “Preguntados” con un formato que permite la actualización constante de conocimientos aplicados en sus preguntas y respuestas.

Preguntados en Trivia Quest, de Netflix.Preguntados en Trivia Quest, de Netflix.

“Hicimos Preguntados con todo lo que se necesitaba. El juego apuntaba a llegar a un Apalabrados, pero algo más profundo, donde el contenido fuese el rey, más fácil de jugar, y donde pudiésemos capturar a todo el mercado latinoamericano a través de su fábrica de preguntas”, contó Cavazzani.

Basado en una solución tecnológica robusta, a partir del 2014 el juego explotó en Latinoamérica, y a fines de ese año también en Estados Unidos y Canadá. “Tuvo mucha repercusión porque creó una magia. Fue el juego que estuvo más tiempo como número uno en Estados Unidos en la historia y el más bajado por los usuarios”.

Actualmente “Preguntados”, que cumplió diez años, está disponible en más de 180 países y en 34 idiomas, y creció hasta ser hoy uno de los juegos “mobile” más relevantes de la industria, con más de 50 millones de preguntas creadas por su comunidad de usuarios. El juego, con los años, fue mutando, y por eso ahora desembarca en el metaverso.

“Una de las cosas que aprendimos es que para innovar hay que tener una buena base. Una vez que uno tiene una estructura para poder crear algo, como lo hicimos nosotros, no necesita dinero”, resaltó Máximo.

Cavazzani se identifica a sí mismo como el creador de la compañía, y defiende la independencia que han mantenido él y su socio a lo largo de los años.

“La idea de crear Etermax fue mía. Era 2009 y sólo tenía 22 años. Fui accionista al principio y luego se sumó Simón, que tiene una parte importante de la empresa. Empezamos con un arreglo y luego lo convertimos en acciones. En este momento algunos empleados tienen acciones de la compañía, pero no tenemos ninguna inversión externa. Nunca tuvimos inversores externos. Mi idea era evitar esa parte”.

Aun así, tampoco descarta abrir el capital. Sólo que no figura en los planes de corto plazo.

“Llegamos hasta acá independientes y nos da mucha versatilidad, pero seguramente en el futuro existan oportunidades y, llegado el momento, se determinará qué hacer. Hoy la empresa sigue cerrada al capital externo. Está Simón, mi socio de siempre, y el capital es nuestro. ¿Cómo se llega a una valuación de mercado de la que tenemos sin recibir aportes de inversores externos? De la misma forma que con inversores externos. Se llega a buen puerto realizando proyectos y que la gente los valore a gran escala”.

El negocio

Hoy Etermax se reparte entre Latinoamérica y Europa, con equipos propios en Argentina, Uruguay, Brasil, México, Colombia, Alemania, España y Francia. Alrededor de 500 personas ccomponen la empresa, que está abocada a nuevos negocios. Cuenta con tres unidades: Etermax Gaming (juegos casuales); Flame by Etermax (publicidad en los videojuegos) y Etermax Al Labs (inteligencia artificial).

El mundo “gaming” evoluciona día tras día gracias a las nuevas tecnologías como la realidad virtual, el Cloud gaming, el streaming, los esports y todo lo que se refiere a juegos móviles. Cavazzani no tiene inconveniente en explicar cómo funcionan los negocios en los que incursiona, pero no da cifras de facturación.

Archivo: Cavazzani en marzo de 2015, cuando en el edificio de Villa Urquiza convivían Etermax y la fábrica textil de su padre. Archivo: Cavazzani en marzo de 2015, cuando en el edificio de Villa Urquiza convivían Etermax y la fábrica textil de su padre.

¿Cómo se monetizan los juegos de Etermax? “En Gaming, los ingresos provienen de la publicidad en nuestros juegos, que llegan a millones de usuarios en 180 países, sumadas a las compras dentro de los juegos y a modelos de suscripción. La publicidad empezó a tomar mayor protagonismo dentro de la industria, y empieza a representar un alto porcentaje de los ingresos. Las marcas, al ver más datos, son cada vez más activas. Las marcas buscan nuevos formatos para anunciarse, en este caso en los juegos, por lo que se está madurando en ese sentido y las empresas tienen un mejor conocimiento de lo que representa hacer publicidad en este medio”.

A través de los años, “Preguntados”, que sigue dominando la trivia en más de 180 países, fue mutando junto con la cambiante industria del entretenimiento. “Cuando todo el mundo quería un smartwatch, nos adaptamos a esa nueva plataforma. Cuando aparecieron los asistentes de voz, creamos una versión audio-only del juego. Durante el boom de Twitch, llevamos la trivia interactiva al campo del streaming, y ahora estamos preparados para sumarle valor al metaverso, mediante Trivia Crack VR, para cuando los visores de realidad virtual se vuelvan mainstream”.

Cavazzani todavía sigue apoyándose en su padre y la vieja escuela de la fluctuante industria textil. “La enseñanza que me deja mi padre es el trabajo. Me enseñó siempre que si uno quiere lograr cosas, más allá de las circunstancias y de la capacidad, hay que dedicarle tiempo al trabajo, hacer sacrificios y ver la vida de una manera constructiva. Mi papá de chico no tenía nada, no se podía comprar ni una gaseosa, y logró tener todo lo que tuvo gracias al trabajo. Eso me quedó grabado. Yo fui testigo de las alegrías y tristezas de mi padre. Le hizo frente a épocas de inflación y crisis económicas. Es un ejemplo de trabajar por el país”.

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