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viernes, octubre 4, 2024

Comicios en El Salvador: el presidente Nayib Bukele se autoproclamó reelecto y continuará cinco años más en el poder

  • El ex publicista, de 42 años, publicó en sus redes que ganó “con más del 85% de los votos”.

Cerraron las elecciones y mientras los salvadoreños esperaban los resultados que le darán la reelección y un mayor poder al presidente Nayib Bukele –aplaudido por poner tras las rejas a las despiadadas pandillas con una “guerra” implacable que suspendió libertades civiles- el propio presidente se anticipó y se autoproclamó ganador y reelecto.

Bukele lo hizo en su cuenta de X, la ex red social Twitter desde donde se instaló como un personaje de repercusión internacional. “De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea”, sostuvo cuando todavía no había un dato oficial.

Más tarde aparecieron los primeros datos oficiales del escrutinio preliminar, que con poco más del 30 por ciento del recuento efectuado lo daban como amplio vencedor. Bukele obtenía hasta allí 1.295.888 votos para su partido, Nuevas Ideas (NI), y se situaba muy por delante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda), con 110.244, y de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha), con 96.700, según cifras divulgadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que deben ser ratificadas en un escrutinio final.

Siempre grandilocuente, el presidente salvadoreño también definió en su proclama tuitera a su triunfo electoral como “el récord en toda la historia democrática del mundo” y convocó a festejos frente al Palacio Nacional salvadoreño.

Antes de su declaración de triunfo en la noche de este domingo, Bukele había dado una conferencia de prensa tras votar. “Es importante que votemos para garantizar que tengamos una Asamblea Legislativa que pueda continuar aprobando el régimen de excepción”, dijo entonces, tras emitir el sufragio.

A pocos minutos del cierre de los comicios presidenciales y legislativos, Bukele rechazó las críticas de organismos de derechos humanos al régimen de excepción vigente desde marzo de 2022, al señalar como “errores” las detención de miles de inocentes.

El mandatario afirmó que todas las policías del mundo arrestan inocentes y defendió que El Salvador tenga la tasa de encarcelamiento más alta en el mundo, al señalar que el país era “la capital de homicidios del mundo”.

“El Salvador estaba con metástasis, pero hicimos cirugía, estamos en radioterapia, y vamos a salir sanos ya sin el cáncer de las pandillas (…). Ahora solo queda recuperarnos”, manifestó.

“Ahora lo que viene para El Salvador es un período de prosperidad porque ya no hay un freno para poner un negocio, ya no hay freno para estudiar, ya no hay freno para trabajar, ya no hay freno para el turismo”, agregó.

Ante las acusaciones de sus críticos de que instaló en El Salvador una “dictadura”, Bukele negó también que esté atentando contra la democracia.

Bukele, ex publicista de 42 años, tiene casi garantizado un segundo mandato de cinco años, con una abrumadora popularidad del 90% y sin adversarios de peso, y podría incluso aniquilar a la oposición en el nuevo Congreso de 60 escaños, que ya controla cómodamente.

En una votación por primera vez bajo estado de excepción desde que acabó la guerra civil en 1992, unos 6,2 millones de salvadoreños, 740.000 de ellos en el exterior, están llamados a sufragar en una jornada de diez horas que cerrará a las 20 de la Argentina.

Aliviados con la tranquilidad que llegó a sus barrios antes tomados por las violentas pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, los salvadoreños aplauden la política de “mano de hierro” de Bukele, aún a costa de conceder algunas libertades.

“La seguridad ha mejorado, antes no cualquiera podía estar aquí. Espero que esto siga así y que mejore la situación de la economía”, declaró a la AFP Santos de Martínez, una ama de casa de 66 años, tras votar en La Campanera (noreste de la capital San Salvador), otrora bastión de la Barrio 18.

Tras un sangriento fin de semana con saldo de 87 muertos, Bukele impuso en marzo de 2022 un estado de excepción que suma casi 76.000 detenidos y redujo a mínimos históricos los asesinatos (oficialmente 2,4 por cada 100.000 habitantes en 2023) en el que antes fue el país con mayor índice de violencia criminal del mundo.

Pero organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) denuncian arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión. Unas 7.000 personas inocentes fueron liberadas, pero muchos encarcelados quedaron sin poder comunicarse con sus familiares.

Una imagen alusiva al presidente Nayib Bukele exhibida en una cafetería en San Salvador (El Salvador).Foto EFEUna imagen alusiva al presidente Nayib Bukele exhibida en una cafetería en San Salvador (El Salvador).Foto EFE

Su poder es inmenso. Bukele, de ascendencia palestina y quien se burla de sus críticos que le llaman “dictador”, controla, además del Parlamento, la justicia, la Fiscalía y el resto del aparato estatal.

Magistrados renovados por ese Congreso interpretaron la Constitución a su favor y, pese a estar prohibida la reelección, le permitieron postularse para un nuevo mandato, ante lo cual analistas y opositores aseguran que su candidatura es inconstitucional.

Hoy, la oposición está hecha pedazos. Sus cinco candidatos apenas aparecen en las encuestas, incluidos los del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN), Manuel Flores, y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Joel Sánchez.

“Con otros cinco años, tendrá suficiente tiempo para consolidar una dinámica de partido hegemónico”, comentó el politólogo Álvaro Artiga, de la Universidad Centroamericana (UCA).

Muy seguro de su reelección, el presidente más popular de América Latina, según una encuesta regional, ni siquiera ha pedido el voto para él.

Avivando el miedo a que vuelvan las pandillas, pidió votar por su partido Nuevas Ideas y no perder uno solo de los 56 escaños que tiene en la legislatura saliente de 84 diputados, para no poner en “riesgo la guerra contra las pandillas”.

Un centro de votación en Soyapango, El Salvador. Foto BloombergUn centro de votación en Soyapango, El Salvador. Foto Bloomberg

Este millenial asiduo en las redes sociales, que viste de pantalones vaqueros y jersey, de barba recortada y pelo engominado, llegó al poder en 2019 con 53% de los votos prometiendo un cambio a una población harta del bipartidismo Arena-FMLN que no resolvió los problemas de inseguridad y pobreza.

“Después de la seguridad, ahora nos preocupa el alto costo de la vida, ese es el gran desafío”, declaró a la AFP el expresidente del Banco Central, Carlos Acevedo.

Un 29% de los 6,5 millones de salvadoreños que viven en el país son pobres, según la CEPAL, y muchos siguen emigrando a Estados Unidos en busca de trabajo. Unos 3 millones viven en el exterior y envían remesas por 8.000 millones de dólares anuales, vitales para la población local.

“Aparte de la seguridad, me gustaría que incrementaran el aspecto educativo. Es bastante importante, en especial para la juventud que espera mejores oportunidades”, manifestó Isabel Argueta, de 20 años, en el centro de sufragio de la capitalina avenida Olímpica, donde votará Bukele.

Aún con todo y su popularidad, el presidente no logró que los salvadoreños usaran el bitcoin que en 2021 impuso como moneda de curso legal en una economía dolarizada, según él, para dinamizarla.

Con entre cinco y siete millones de seguidores en las redes X, Tiktok, Instagram y Facebook, Bukele, casado con la psicóloga Gabriela Rodríguez y padre de dos niñas, promociona también megaproyectos y el turismo en “el país más seguro de América Latina”.

Fuente: AFP y EFE

PB/DS

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