Según el economista referente de Milei, entre las opciones que baraja el Gobierno está un posible nuevo acuerdo con el FMI o vender el oro del Banco Central.
El exministro de Economía, Domingo Cavallo, advirtió que el gobierno de Javier Milei “no está dispuesto a eliminar completamente el cepo cambiario” incluso hasta “antes del 2026” y expresó que “aún no está claro” cómo la gestión libertaria va refinanciar los vencimientos de deuda en dólares en 2025 pero que pretendería hacerlo con “un nuevo acuerdo con el FMI” y “de ser necesario” con parte de las “tenencias de oro del Banco Central”. Así lo expuso al realizar algunas críticas al presupuesto 2025 que el Ejecutivo envió al Congreso.
“El gobierno no cuenta con que antes de 2026 se abra el mercado de capitales para Argentina con tasas de interés de un dígito porque no está dispuesto a eliminar completamente el cepo cambiario, algo que sería indispensable para lograr que se desmorone el riesgo país”, indicó en su blog personal el economista ídolo de Milei.
Cavallo publicó en su sitio web una larga publicación con la presentación que hizo ante GlobalSource Partners, donde además de vaticinar el futuro del cepo, manifestó “dudas” sobre los números de la tasa de inflación y cómo se refinanciará la deuda en dólares, según lo pronosticado por el Gobierno en el Presupuesto 2025.
Sobre el refinanciamiento de los 9.216 millones de dólares de vencimientos de la deuda, que vence en 2025, el exministro aseguró que “aún no está claro cómo se logrará” y planteó dos opciones. “En los planes del Gobierno está desde un nuevo acuerdo con el FMI que al menos signifique desembolsos equivalentes a los pagos que deberán hacerse a esa institución, como ocurrió con el acuerdo que está venciendo y con swaps que podrían ser garantizados con títulos de deuda a largo plazo y, de ser necesario, con parte de las tenencias de oro del Banco Central”, apuntó.
Al hablar de los números de la inflación de la denominada “ley de leyes”, Cavallo deslizó una crítica al señalar que “se estimaba un 3% de inflación para julio y del 2% a partir de agosto”, las cuales fueron 4% y 4,2%, respectivamente. “Ahora, en el mes de setiembre, para que se puedan lograr las metas de inflación del presupuesto, la inflación debería ser de 1,2% mensual hasta diciembre y del 1,4% mensual promedio durante 2025“, planteó como un escenario complejo.
En ese sentido, remarcó que “la fuerte diferencia entre las proyecciones oficiales y las expectativas del Mercado” se basan en las distancias “que ya existieron en julio y agosto”. “El mercado tiene una teoría de la inflación diferente a aquella con la que elabora sus proyecciones el gobierno”, subrayó.
Si bien destacó la “determinación” y la “audacia” que tiene el Gobierno para “enfrentar a los pedidos de aumentos de gatos y los reclamos por los recortes presupuestarios” -desde el reciente veto presidencial al aumento jubilatorio al inminente rechazo que hará al financiamiento universitario– Cavallo también observó “debilidades en el ajuste fiscal proyectado” en el Presupuesto 2025.
En cuanto al pago de los intereses en dólares, que el año próximo ascienden a 8,047 millones, el gobierno “contará por un lado con los recursos fiscales en pesos” y señaló que la gestión de Milei “espera que ingresen suficientes dólares” al Banco Central. “Las proyecciones oficiales son optimistas en materia de comercio exterior. Para 2025 se prevé un superávit comercial de 20,748, apenas inferior al de 2024”, agregó.
Sin embargo, para Cavallo la “cuestión relevante” es saber “cuánto de ese superávit comercial se transformará en ingresos netos al mercado”, ya que está “controlado por Banco Central”. “Teniendo en cuenta que el 20% de las exportaciones, prácticamente equivalente al superavit comercial, de no cambiar la política cambiaria vigente, se liquidarán en el mercado CCL”, advirtió.
En esa línea, indicó que es el propio “staff del FMI” el que tiene ese “dilema”, el cual exhibió en un reciente informe luego de la evaluación del cumplimiento del as metas del primer trimestre. “Viene insistiendo en que se elimine el dólar blend exportador y se compense con un ajuste cambiario equivalente”, remarcó.
Cavallo sugirió que “de hacerse pari pasu con la reducción del impuesto país, hasta su completa eliminación a fines de año, ese ajuste cambiario sería una devaluación perfectamente compensada que no tendría que provocar ningún efecto sobre la tasa de inflación”.