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Hubo hechos deportivos, extradeportivos, culturales, de convivencia y miles de historias para no olvidar ese mes inmejorable.
“Hay recuerdos que no voy a olvidar, personas que no voy a olvidar”… La letra que el rosarino Fito Páez escribió para uno de sus hits eternos como ‘Brillante sobre el Mic’ aplica perfectamente para este primer aniversario de la conquista de la Selección Argentina del Mundial de Qatar. La tercera estrella obtenida en 2022, al igual que ocurrió en 1978 y 1986, destapó historias con el correr del tiempo, algunas conocidas y otras por conocer.
En esta recopilación hay cuestiones deportivas, extradeportivas, de convivencia y de los inolvidables festejos en las calles de Buenos Aires, que se convirtieron en la manifestación pública más importante de la historia del país, con millones de personas celebrando la obtención de la Copa del Mundo.
El backstage de la lista de convocados
“¿Cómo lo ve’ ahí?”. En esta historia de la tercera estrella de la Selección Argentina hubo un punto de partida, que se podría poner en el 11 de noviembre de 2022. Ese viernes, en horas del mediodía, la AFA difundió un video de producción muy austera y formal, con el DT anunciando los 26 futbolistas convocados para la aventura por Medio Oriente. Casi tres meses después, se dieron a conocer otras imágenes con el backstage de ese día y un clima completamente distinto.
En ese material, Scaloni apareció junto a Roberto Ayala, uno de sus ayudantes, poniendo uno a uno los nombres en la pizarra que aparecía de fondo en la comunicación oficial. El Ratón, fibrón azul en mano, acata las órdenes del DT, que con su tonada santafesina (y poco apego a las eses, como corresponde) le va cantando los jugadores y su respectiva posición en la cancha.
Es un Scaloni al natural, con tiempo también para quejarse porque “el agua del mate está fría”, sin saber todavía que estaba cerca de coronarse como campeón del mundo. El giro de la cámara apuntando a Walter Samuel y al “profe” Luis Martín tras el reclamo del DT parece cinematográfico.
Esos 26 no fueron los que finalmente terminaron jugando el Mundial porque el DT tuvo que hacer un par de cambios, obligado por lesiones y molestias que detectó en un amistoso previo a la competencia.
Nico González y Joaquín Correa le cedieron sus lugares a Ángel Correa y Thiago Almada, que viajaron a último momento a Qatar. Después pasaron Arabia Saudita, México, Polonia, Australia, Países Bajos, Croacia y ese último pasito contra Francia. Campeones del Mundo. Y una alegría eterna.
El acierto del lugar de concentración
Siete meses antes de que empiece el Mundial, la AFA ya tenía el lugar designado. Todos los integrantes de la delegación argentina coincidieron en que la Universidad de Qatar fue el mejor sitio que se podría haber conseguido para reforzar los lazos del grupo y enfocarse en la preparación deportiva para cada partido.
El Mundial 2022, último con 32 equipos, fue especial porque por primera vez se realizó en una sola ciudad. Había de todo en la Universidad: era muy grande (casi 25.000 metros cuadrados), lugares comunes para compartir y también para que cada uno tuviera su espacio.
En las visitas de las familias pudieron tener intimidad y la convivencia se hizo llevadera más allá de la gran cantidad de días que estuvieron en tierras árabes hasta la conquista del Mundial.
El truco, presente desde el principio al final
Un día antes del debut ante Arabia Saudita, ya había empezado el otro Mundial para la Selección… ¡el de truco!.
El juego de cartas españolas más popular de la Argentina copa las sobremesas de las cenas y noches en la concentración albiceleste. Pero no se trata de partidos improvisados. Nada de eso. La organización es total. Los tríos se anotan y se arma un pozo general. Cada instancia se jugó al mejor de tres chicos a 30 tantos cada uno.
Lionel Messi compartió equipo con Rodrigo De Paul y Leandro Paredes desde el inicio de este ciclo que comanda Lionel Scaloni. Es que el truco justamente fue la excusa perfecta para poner la piedra fundacional del fuerte grupo que se armó después y que es la base sólida del éxito de la Scaloneta.
Algunos de los tríos que pujaron por el premio mayor fueron Gonzalo Montiel, Exequiel Palacios y Franco Armani; Dibu Martínez, Gerónimo Rulli y Guido Rodríguez; Lautaro Martínez, Nicolás Tagliafico y Juan Foyth; Lionel Scaloni, Walter Samuel y Ratón Ayala; Ángel Correa, Thiago Almada y Papu Gómez; Lisandro Martínez, Cuti Romero y Nahuel Molina.
Pero los campeones no fueron los jugadores. El equipo de Messi, De Paul y Paredes llegó a la final, pero no pudo con Claudio Chiqui Tapia, presidente de la AFA, Omar Souto y el administrativo Alberto Pernas.
La única vez que Scaloni se enojó con sus dirigidos
Suele ser una persona tranquila Lionel Scaloni, tanto en público como en la intimidad. De la misma manera es en el trato con sus dirigidos en la Selección. Pero hubo un hecho que realmente despertó un gran enojo en él.
Sucedió justo en la previa a los cuartos de final contra Países Bajos. Allí, en el mismísimo vestuario del estadio de Lusail, el entrenador encontró a la mayoría de los jugadores argentinos celebrando que Brasil había quedado eliminado por penales ante Croacia.
“¿Qué hacen? ¿Están locos?”, los reprendió el DT a sus hombres que de pronto borraron las sonrisas de sus caras. Scaloni les pidió que guardaran los teléfonos y que se enfocaran en el partido que estaban a punto de salir a jugar.
La lesión de De Paul y el diálogo con Scaloni
Se supo mucho después. En el momento se trató de ocultarlo a la prensa. Hubo algún rumor, pero desde la concentración de la Argentina trataron de bajarle la gravedad a la lesión de Rodrigo De Paul previo al cruce con Países Bajos por los cuartos. Lo cierto es que el volante había sufrido un pequeño desgarro y estuvo a punto de quedarse afuera de ese partido.
Charló con Lionel Messi, quien le recomendó que no jugara ya que estaba convencido de que pasarían a la semifinal y ahí podría volver al equipo. Los médicos lo exigieron y de Paul pasó las pruebas, no sin dolor.
El momento de la verdad estuvo cuando se sentó con Lionel Scaloni. “Estoy bien”, le dijo el jugador al técnico. “¿Qué fue, un milagro?”, lo chicaneó Scaloni. Y De Paul contestó: “No, pero estoy para jugar”. El DT, dudoso, lo advirtió: “Sabés que no te puedo sacar a los 10 minutos de cuartos de final de un Mundial, ¿no?”. De Paul transmitió seguridad: “Quedate tranquilo”. El jugador del Atlético Madrid fue titular y salió en el segundo tiempo.
El entrenamiento invisible de la Selección en Qatar
La rutina de cada día en la Universidad de Qatar se iniciaba a puro mate, pero también contó con una planificación y profesionales que trabajaron en silencio en busca de lo mejor para Messi y compañía.
Ese entrenamiento invisible, meticulosamente controlado, entrelazó a la alimentación, con la kinesiología y los chequeos médicos.
El cuidado médico, con el doctor Daniel Martínez a la cabeza, kinésico y nutricional formaron parte de la estrategia diaria implementada por los profesionales a cargo de estas áreas que trabajan de modo mancomunado. El histórico Luis García coordina al equipo de kinesiólogos de la Argentina y fue un brazo vital para la recuperación de los jugadores partido a partido.
Pero también se hace un muy especial hincapié a la alimentación de todo el plantel. ¿Qué, cómo y cuándo comen los futbolistas de la Selección? Todo eso está diagramado por Luciano Spena, el nutricionista con amplia trayectoria que fue incorporado en los últimos años y que se sumó al trabajo del equipo de cocineros: Diego Iacovone y Antonia Farías.
El monitoreo de lo que comía el plantel argentino es quisquilloso. A Qatar llevaron alimentos de todo tipo, un poco también para hacer más llevadera la estadía en un país que tiene una cultura culinaria muy diferente. Por eso, en el avión subieron más de mil kilos de carne en sus diversos cortes magros, entre otras cosas, como la yerba y el dulce de leche. Las comidas se planificaron en función de las necesidades de la competencia.
¿Cómo se diagramaba un día ‘normal’ en el búnker de la Scaloneta? Entre las 8 y las 8.30 se desayuna. A las 10 hay una activación y movimientos en el gimnasio, seguido de trabajos de kinesiología para quienes lo necesiten. A las 13 se sirve el almuerzo. Los jugadores comen todos en la misma mesa. A las 14.30 llega el tiempo de la siesta hasta las 16.30, cuando toca la merienda.
Los paseos de los jugadores en los días libres
Un gran acierto del cuerpo técnico albiceleste durante el Mundial de Qatar fue darle al plantel el día siguiente a cada partido la libertad de encontrarse con sus familiares y hasta permitirles salir de la concentración para distenderse por un momento.
Esos ratos de disfrute con los padres, hermanos, parejas, hijos y amigos fueron clave para liberar tensiones, recargar energías y llenarse de buena onda de cara al siguiente compromiso. Muchos optaron por quedarse en el búnker de la Universidad de Qatar y recibir allí a los suyos, como hizo Lionel Messi.
Otros, en cambio, se animaron a dar algunos paseos. Cualquiera podía cruzarse con, por ejemplo, Nahuel Molina caminando junto a sus allegados por uno de los majestuosos shoppings del país árabe. O a Ángel Di María con su numeroso grupo familiar disfrutando de las dunas del desierto. O a Leandro Paredes tomando mates y sol en alguna de las exclusivas playas del mar arábigo. El Dibu Martínez, por caso, se animó a recorrer el desierto de Arabia Saudita.
La peculiar cábala para atraer la buena vibra
Rodrigo De Paul destapó la olla y contó, tiempo después, un hecho curioso que pasaba en los pasillos de la Universidad de Qatar, donde descansó el plantel argentino en el Mundial. De pronto, había mucho humo, pero no se trataba de un incendio ni de nadie fumando. ¿Entonces?
📿 LA BANDA DEL PALO SANTO
👉 De Paul reveló la cábala que tenían Cristian Romero, Nahuel Molina y Lisandro Martínez. "La Banda del Palo Santo" y la importancia de las energías en la concentración de la Selección Argentina. pic.twitter.com/t8kPpKxNBv
— Boing 97.3 (@radioboing) March 7, 2023
El humo provenía siempre de la misma habitación, la que ocupaban Cristian Romero y Lisandro Martínez y a la que se le sumaba para los mates Nahuel Molina. Entre los tres encendían palo santo para ahuyentar la mala energía y atraer las buenas vibras.
Todo surgió después de perder en el debut ante Arabia Saudita. El autor material e intelectual del hecho fue Licha Martínez, quien llevó mucho palo santo. Justamente, en la intimidad del grupo algunos lo apodan “El Santo” porque es muy creyente. Desde ese momento a Licha, Cuti y Molina los llamaron la “Banda del Palo Santo”.
El percance del Dibu Martínez antes de los cuartos de final
La Selección campeona del mundo tuvo varios héroes después de la gran figura de Lionel Messi. Uno de ellos, sin duda alguna, fue Emiliano Martínez, clave con sus atajadas milagrosas en tiempo regular y en los penales.
El arquero tuvo un percance en la entrada en calor para el choque de cuartos de final. De hecho, se asustó mucho porque pensó que eso podía hacerle perder el partido.
¿Qué le pasó? Mientras jugaba un fútbol-tenis con los otros arqueros para activar sintió un fuerte dolor en la zona del cuello tras cabecear una pelota. Le avisó a Martín Tocalli, entrenador de arqueros, quien le hizo algunos masajes. Pero no pudo seguir y se fue al vestuario.
Allí debió ser infiltrado. “Dos infiltraciones me tuve que dar para jugar. Los médicos me decían que nunca habían infiltrado una tortícolis”, contó varios meses más tarde. Martínez fue clave al atajar dos penales en ese encuentro y así pasar a semifinales.
La chicana de Scaloni a Julián Álvarez en medio del vuelo en helicóptero
Para los festejos de la conquista en Qatar, la idea principal era pasar por la avenida 9 de Julio con un colectivo descapotable, entre medio de millones de argentinos que salieron a celebrar aquel martes 20 de diciembre, luego de haberse declarado como feriado festivo.
Pero se trató de una misión imposible. Apenas pudieron llegar desde el predio de Ezeiza hasta el cruce de la autopista Ricchieri y la avenida General Paz. Entonces, la mejor opción fue vía aérea, siendo el helicóptero el recurso perfecto para no desilusionar a los hinchas que soñaban ver a los campeones del mundo. Como en las calles, adentro del transporte surgieron anécdotas, que tuvieron a Exequiel Palacios y varios del plantel como protagonistas.
“Iba yo, (Lionel) Scaloni,al frente (Alexis) Mac Allister, Juli (Álvarez) y Lautaro (Martínez). Juli no habló en todo el mundial y ahí se soltó. Scaloni le decía: “ahora hablás, boludo”, lo volvíamos loco. Ahí le conocimos la voz. Scaloni estaba…”, contó con detalles el mediocampista, a pesar de guardarse y dejar en suspenso la resolución.