Ocurrió en Salta. Un tribunal lo condenó a 18 años de prisión por el delito de grooming, en perjuicio de al menos 12 menores
“¿Se comunicó con vos el hombre del pack?”. Ese fue el extraño mensaje que una mujer de la provincia de Salta vio de casualidad en un chat de Whatsapp, en el celular de su hijo, de 15 años, que la llenó de dudas. Al preguntarle de qué se trataba, nunca imaginó lo que se escondía detrás: el chico le terminó por confesar que el chat se refería a un adulto que le pagaba pequeñas sumas de dinero a cambio de que le enviara fotos íntimas suyas.
El magistrado, además, ordenó el alojamiento del condenado en la Unidad Carcelaria 1, donde deberá recibir tratamiento psicológico. Dispuso, además, la extracción de muestras de ADN del imputado para su inscripción en el Banco de Datos Genético.
En rigor, el hombre fue condenado por ser autor de los delitos de grooming (doce hechos comprobados), corrupción de menores (seis casos) y promoción de la prostitución agravada por ser las víctimas menores de edad (seis hechos), todo en concurso real.
Después de ver el mensaje del “hombre del pack” en el celular de su hijo, la mujer comenzó a revisar el resto de los chats para lograr establecer a quién se podría referir. Fue entonces que detectó un número no registrado entre las conversaciones de Whatsapp. Al ingresar en ese chat, la mamá del chico observó que todos los mensajes estaban borrados. Fue entonces que le preguntó al adolescente y descubrió la macabra historia detrás.
“Él le confirma que sí. Le dijo que varios amigos estaban recibiendo estos mensajes de esta persona. En este caso, el señor no fingía la identidad ni el nombre tampoco. Los datos eran de él, sobre todo de la cuenta bancaria, a la cual él le transfería. Entonces le confirmo que esta persona le ofrecía dinero entre 2.000, 3.000 y 5.000 por pack de fotos íntimas y videos íntimos”, relató la funcionaria. Los pagos se hacían a través de una billetera virtual que el menor tenía.
La manipulación del hombre, de 34 años, estremece. Además de pedirles que le enviaran imágenes íntimas, le exigía que cumplieran determinadas características.
“Tenía que verse sí o sí la cara. No podía ser de esas fotos que se ven una sola vez. Muchos no sabían cómo mandarlas y él les mandaba fotos y videos imitando las poses para que supieran cómo hacerlo”, agregó Cornejo.
“Era una manipulación hasta económica. Cuando estoy leyendo las 12 charlas, hablé con este niño, con este adolescente y me cuenta todo esto que estaba pasando. Ahí dije, acá tiene que haber muchas más víctimas. Así que hicimos todo lo que fue un trabajo de análisis de los extractos bancarios”, añadió.
Con el avance de la investigación, la fiscal notó que eran varias las víctimas y al obtener sus números, tuvo que avisarles ella misma al resto de las familias que sus hijos eran víctimas de grooming.
“Los niños estaban muy decepcionados por cómo les estábamos diciendo lo que pasaba a sus padres. Fue su primera reacción hasta que les explicamos que no es sólo eso, sino que han sido víctimas de este abuso sexual. Porque a muchos chicos también les pedía encuentros íntimos y les ofrecía más plata. Esos encuentros íntimos no se pudo comprobar que se hayan realizado. Estos chicos tuvieron que entender que estas fotos están viralizadas“, agregó.
En otros casos, la fiscal Cornejo descubrió que el hombre hasta llegó a exigirles a sus víctimas que le pidieran a sus amigos que también le mandara imágenes íntimas. “Les ofrecía más plata si le hacían la segunda y le mandaban fotos de algún compañero. Él elegía o le mandaban por ahí fotos de amigos y les decía ‘este no, este sí, este está muy gordo’”, contó.
Reveló además que el análisis de las transferencias bancarias fue clave para dar con el acosador. “Esa fue la forma que tuvimos nosotros de poder encontrar a los otros jóvenes menores. Fue el análisis que hicimos de las transferencias que esta persona realizaba y chequeamos cuáles eran destinatarios con DNI de menores de edad. Y ahí. Y fue 100% exitoso”, explicó.
En cuanto al condenado, la fiscal Cornejo dijo que se trata de un hombre gay de 34 años, introvertido, que trabajo, que se mostraba como buen vecino y con los ingresos suficientes para hacer este tipo de transferencias. “En algunos casos decía que tenía hasta un millón de pesos para esto”, agregó.